martes, 16 de julio de 2013

LOS PORTAFOLIOS PEDAGÓGICOS...Documento que hace parte del proyecto investigativo: "LOS PORTAFOLIOS PEDAGÓGICOS COMO ESTRATEGIA EVALUATIVA PARA FORTALECER LOS PROCESOS DE PRODUCCIÓN DE TEXTO ARGUMENTATIVO"

El portafolio pedagógico, fácilmente, se puede concebir como una colección estructurada de evidencias de aprendizajes, donde se denotan procesos metacognitivos que provienen de diferentes fuentes organizadas en unidades.

El Portafolio. Es la recopilación de trabajos del estudiante que se enfoca en mostrar su progreso en el tiempo. Cuando hablamos de valoración del Portafolio estamos aludiendo a la recopilación sistemática, durante un período de tiempo determinado, de trabajos del estudiante que se analizan para mostrar el progreso alcanzado respecto de los objetivos de instrucción establecidos.[1]

Es así como el portafolio de aula es asumido como portafolio pedagógico por su categoría integral de evidencia de aprendizajes. Así, se convierte en una herramienta fundamental e importante para el trabajo en el aula no solamente disciplinar sino multidisciplinar e interdisciplinar, en cuanto a que los estudiantes no sólo aprenden en un área sino que pueden integrarlas todas en su portafolio, ya que éste no se acaba sino que se alimenta a diario con material y con elementos reflexivos del estudiante para y sobre su proceso de aprendizaje.

En esta dirección, los portafolios pedagógicos, para los docentes se convierten en una herramienta que permite visualizar la forma de aprender de su estudiante y sus estructuras de pensamiento, además de facilitarle una estrategia de organización y desarrollo de su creatividad.

Con relación a los Portafolio Pedagógicos, el colectivo de docentes investigadores de la universidad de la amazonia y que hacen parte del grupo INAPE, liderado por la profesora Amparo Flórez, sostienen que el Portafolio Pedagógico:

Es una herramienta de carácter pedagógico que promueve la reflexión de estudiantes y maestros, a partir de la colección de evidencias de aprendizaje previamente seleccionadas y organizadas según campos de interés; cumple la función de ser mediador en la comprensión de procesos de pensamiento, lo que permite la transformación de los esquemas mentales, la autonomía y el desarrollo de cambios en lo social y en lo valorativo.[2]

De ahí que los portafolios pedagógicos se conciben como una estrategia pedagógica que permite recopilar, reestructurar y evaluar, los procesos de enseñanza y aprendizaje al nivel individual, sin embargo, la intencionalidad valorativa del portafolio lo hace herramienta imprescindible para evaluar procesos de aprendizajes desde la colectividad.

Es un mediador para comprender procesos personales conscientes que transforman el funcionamiento y los esquemas mentales, que promueve procesos de autonomía cognitiva y cambios de orden valorativo y social en la construcción de conocimiento y en la apropiación de aprendizajes, particularmente cuando se aplica la co-evaluación.[3]

Para que haya transformación de los esquemas mentales y se comprendan los procesos de transformación personal y cognitiva, es necesario que haya metacognición.

Los procesos metacognitivos suponen un trabajo de autorregulación, de reconocimiento sobre las capacidades y el desarrollo de nuevas estrategias de trabajo académico; estrategias que ayudarán a que el educando logre obtener más y mejores resultados. La metacognición abre las puertas para que tanto docentes como estudiantes evalúen sus “comportamientos” académicos y pedagógicos, como lo manifiesta Martín del Buey:

La metacognición se refiere al conocimiento del conocimiento, el pensamiento sobre el pensamiento, y se trata de procesos autorregulatorios del funcionamiento de procesos cognitivos más específicos (…) Tienen una importancia capital en el aprendizaje. Son los sistemas de alerta y de consciencia que han de acompañar a toda labor intelectual. Su ausencia en los alumnos y alumnas provoca grandes pérdidas de tiempo en el estudio con pobres resultados. Su presencia se correlaciona con una alta capacidad intelectual, eficacia y eficiencia en el trabajo.[4]

En síntesis, cuando se habla de metacognición y procesos metacognitivos, se hace alusión a la  capacidad que tiene la persona para evaluar sus propios aprendizajes, para determinar ritmos y estilos de aprendizajes, para formular, diseñar y aplicar estrategias que permitan controlar, y evaluar sus procesos de aprendizaje.

De otro lado, lo que imprime esa adjetivación de pedagógico, se ve reflejado en la forma como se puede evaluar dicho proceso, es decir, en la facilidad que ofrece, tanto a los estudiantes como a profesores, para regular, mejorar y perfeccionar los trabajos académicos. Lo pedagógico está en la medida de resignificar las prácticas en el aula de clases, esto significa, que el maestro busca alternativas de solución a las falencias identificadas en la producción intelectual de los estudiantes, y en consecuencia evalúa otras estrategias que visualicen un mejor desarrollo de competencias tanto interpretativas como productivas. Es el profesor, a través de su formación e interacción disciplinar quien ayuda a que el educando obtenga los mejores resultados en sus prácticas académicas.

En esta perspectiva, la profesora Raquel Barragán Sánchez, docente de la Universidad de Sevilla España, expresa que los Portafolios, aunque etimológicamente se conciben como “cartera de mano”, éstos han sido fundamentales para el proceso de aprendizaje de los estudiantes; asimismo plantea que:

Podemos decir que en el campo de la educación, el portafolio se convierte en una metodología de enseñanza y evaluación que hace su aparición como metodología alternativa a aquellas de corte puramente cuantitativo, se trata realmente de un procedimiento de evaluación de trayectorias de aprendizaje que se basa en las ejecuciones y logros obtenidos por los participantes en dichas trayectorias y que además incorpora el valor añadido de su potencial de aprendizaje.[5]

En sí el acto pedagógico debe reorientar las prácticas académicas, y éstas deben ser enfocadas y dinamizadas desde una concepción pedagógica. Para Barragán, es claro que los docentes deben traspasar la frontera de la evaluación tradicional, memorística y repetitiva, pero también es cierto que éste debe incorporar dentro de sus prácticas académicas, estrategias didácticas y pedagógicas que ayuden a fortalecer los procesos de enseñanza aprendizaje del discente. Para ello, está de acuerdo y asume el trabajo con los portafolios pedagógicos como una nueva forma de hacer más práctico el trabajo en el aula; en donde el estudiante aprende a valorar y evaluar sus niveles de aprendizajes.

En fin, los portafolios  pedagógicos son una selección deliberada de trabajos que lo alumnos han realizado durante un tiempo determinado, y que en cierta forma  cuentan la historia de sus esfuerzos, sus progresos, sus logros y sus ideas. Es un registro del aprendizaje y su reflexión sobre sus tareas.

Con el objeto de comprender la utilidad de los portafolios pedagógicos en el contexto educativo, se da a conocer a continuación, la forma como se estructura dicha estrategia pedagógica.



[2] FLÓREZ SILVA, Amparo, et al. Transformaciones de las Prácticas Evaluativas a través de los Diarios y los Portafolios Pedagógicos. En: EQUIPO DE INVESTIGACIÓN ACCIÓN PEDAGÓGICA INAPE. Florencia: Universidad de la Amazonía, 2010.
[3] Ibídem, 2010.
[4] DEL BUEY, Francisco Martín, et al. Procesos Metacognitivos: Estrategias y Técnicas. Internet: http://www.profes.net/rep_documentos/Monograf/1PEI_ProcMetacognitivos_b.pdf
[5] BARRAGÁN SÁNCHEZ, Raquel. El Portafolio, metodología de evaluación y aprendizaje de cara al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior. Sevilla (España): En Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa. Volumen 4. Número 1, pág. 123

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